domingo, 1 de noviembre de 2009

El despertar

Un torbellino de pensamientos sobre dame gritaba de manera frenètica en la mente de Charlotte cuando se despertò comenzo a ver zumbido de los fluorescentes que se alineaba en el teho del aula. Muy despacio abrio un ojo y luego el otro y se percatò de que a pesar de la intensidad con la que lucia la luz blanca no le molestaba mirarle derectamente, observò las sucias manchas marrones de humedad y las pelònias de papel pegadas a los paneles cuadrados del techo, todos auellos cambios por los que tanto habìa luchado razono Charlotte, no habia transformado a quien ella era en realidad por dentro y lo que era mas raro todavia a santo de que se le ocurria pensar en eso prescisamente en ese momento bajò una luz mucho menos desmoralizadora, ¡seguro que ha sido un bajòn de azùcar!, penso recordar que se habia olvidado de desayunar Charlotte volvio la cabeza de un lado a otro y se diò cuenta que se encantraba completamente sola, no le sorprendio, puesto que decir verdad no esperaba que nadie la hubiese echado en falta, permanecio mirando la gominola durantre un buen rato, inexplicablemente recelosa de ella, se llevò la mano a la gargante u tosio, justo cuando empezaba a recordar todo lo ocurrido, se ollo un anuncio por megafonìa, reunio sus casas y salio al pasillo desierto, cabe decir que bastante buen humor al doblar una esquina y adentrarse en uno de los largos pasillos una lectura de Edgar Allampoe inundò el corredor de una de las aulas del fondo, era su claser de literatur de segunda hora, en lugar donse supuestamente deberìa estar ella, ya habia comezado. Las palabras resonaròn en el pasilo bacio, su eco rebotando junto a los suelos recien encerrados, pero nuestro amor era mas fuerte que el amor de nuestros mayores, que el de muchos mas sabios que nosotros, y ni los angeles del cielo alla arriba, ni los demonios, en las profundidades del mar, podràn jamàs desgajar mi alam del alma de la hermosa Annabel lee, por alguna razòn parecia conocer el camino a la extraña sala, l fondo del pasillo se encontrò con una escalera que descendia hasta una zona de sotano, que mas que asustarla la desorientò. Mientras bajaba vio la descascarilladas las tuberìas expuestas que recorrian el techo sobre su cabeza y el suelo de cemento a sus pies, Charlotte respirò hondo y se pinzò la nariz como medida preventiva ya habia aspirado suficiente contaminaciòn por ese dìa, las tuberìas parecìan brillar por la condenzàciòn de agua, pero curiozamente no gotiaba y no olio a moho y a humedad. Se retorò los dedos de la nariz para volver a tomar aire y en seguida se diò cuenta de quer no habìa necesodad de seguir pinzandosela, Charlotte empezaba a inquietarse no tanto a causa de sieniestra oficina y a la fria luz de que ella emanaba, si no mas bien porque comenzaba a retraterse en el horario que habia impuesto, seguroi que es aqui donde hay que inscribirse para las clases abanzadas, menudo dìa las cosas no podrìan salir mejor, se dijo distraidamente mientras que franquiaba la puerta y se dirigia la mostrador con la exuberencia de Sharpay Evans en High School Musical, lo primero que oyò fue la cancioòn Seansons in the sun de Trerry Jacks sonando volumen bajo, no se sabìa toda la letra pero escuchaba en ese momento flotando en el aire hùmedo en una habitaciòn tan silenciosa frìa y vacìa, le costò creer que hubiese llegado a ser un exito. Toma, rellena esto y no olvides ... la secretària dejò las fraces a mendias y tirò de Charlotte hacia si, como si fuera a darle un valiosisimo consejo... devolvermle el Boligrafo, antes que charlote tuviera tiempo de formular su primera pregunta la secretaria cerro la venttanilla de golpe, se puso a revolver entre los papeles un momneto y luego se volvìo e intentò contactar visualmente con ella aunque sin exito la chica pareciò hacer oidos sordos o al menos desinteresarlos ante el saludo contìnuo mirndo hacia abajo con la nariz pegada hacia el libro. Un debil silvido saco a Charlotte de su ensoñaciòn, sonaba como un solista de flauta ensallando en l sala de mùsica, Charlotte mirò a su alrededor incapaz de adivinar de donde provenìa el sonido tan entusiasmada estaba que empezò a rellenar los formularios a toda prisa, sin apenas leer las preguntas nombre y apellido, fecha de nacimiento, sexo... ¿sexo?... si por favor, dijo en voz alta tratando una vez mas de llamar la atenciòn de la chica aunque ifuctuosamente dijo en voz alta Charlotte completamente fuera de sus casillas cobro en metàlico y porque voy a tener que pagar por las clases avanzadas esto es un institùto pùblico, la secretaria estampò los formularios de Charlotte con un sello ((entrda)) y a continuaciòn se aproximo a un archivador inoxidable de grandes dimensiones, Charlotte se quedò parlizada. no podia creer lo que veìa. alli estaba... su cuerpo, mudo y gris y atraviado con la ropa del primer dìa del curso, yacìa inmovil sobre la camilla de metal, por primera vez sintiò el frìo de la habitiòn recorres su piel, se cogio de la muñeca y apretò los dedos buscàndose el pulso pero no detectò latido alguno, con un dedo en ambas piernas aguardando una reacciòn pero nada tampoco en la ùltima gota: un paquete abierto de ositos de goma sabresalia de su bolsillo causa de la muerte - la instruyò la secretaria señalando la gomilola y esbozndo una sonrriza. Charlote retrocediò trtando de alejarse del cuerpo, tropesò y golpio un enorme ventilador elèctrico de metal que habia sobre la mesa, este se presipitò sobre su antebrazo y le atrapò la mano entr las hojas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario